La ciudad, con el núcleo urbano principal y los arrabales próximos, tiene una superficie aproximada de 35 kilómetros cuadrados.
En cuanto a su población en ese momento resulta de difícil estimación. En el anuario de 1935 rebasa apenas el millón de habitantes.
Desde el traslado allí del Gobierno, finales de 1937, la población aumenta de manera notable. A partir del avance de los Ejércitos nacionales en marzo de 1938, con la afluencia constante de personal civil desplazado, el incremento será mucho mayor.
La ocupación militar en fuerza de una ciudad de estas características se puede considerar muy difícil. Casi imposible si existe voluntad de defensa y se cuenta con un mínimo de fuerzas y población civil dispuesta.
Barcelona cuenta con una cortina montañosa que la protege de los ataques procedentes del norte. La cortina estaba definida por el vértice San Pedro Mártir, alturas de Valvidrera, vértice Dos Ríus, en que culminaban las elevaciones del Tibidabo, cotas 446, 422 y 349, y vértice Can Ríus. El terreno situado hasta las localidades de Rubí y Sardanyola, de unos diez kilómetros en profundidad, aparece revuelto y apto para la defensa.
La defensa de la plaza sólo necesitaba muchas y buenas tropas y el dominio del mar.
La maniobra nacional pretende envolver y cercar, nunca combates dentro del recinto urbano. Posteriormente la idea del cerco se descarta por innecesaria.
España en guerra
El 24ENE39 se publica en el Diario Oficial del Ministerio de Defensa Nacional un decreto firmado por Azaña y Negrín, en cuyo artículo primero se dice textualmente:
«Se declara el estado de guerra en el territorio de la República.»
Los jefes de los Grupos de Ejército dictarían los oportunos bandos, y de la medida se daría cuenta a las Cortes.
Miaja, en el Centro, asumiría todos los poderes. No se concreta quién asumirá la responsabilidad en lo que queda de Cataluña. Se supone que será el ministro de Defensa, el propio Negrín.
Tal vez en estos momentos la declaración del estado de guerra en el territorio de la República ya no era una verdadera necesidad.
Las fuerzas del CE XV, Tagüeña, se encuentran muy reducidas y extenuadas. El Mando pretende defender la Plaza casi exclusivamente con fuerzas propias, descansadas, considerando que la misión de los hombres del XV Cuerpo terminaba en el momento de llegar a los arrabales de Barcelona.
Una OG. del Ejército del Ebro de 241830H, dice entre otras cosas:
«La Plaza de Barcelona, incluida en la zona de acción del Ejército, constituye un Mando autónomo encargado de asegurar el orden público en la misma y la defensa inmediata del lindero de la ciudad definido por la línea que parte de Montjuich y sigue por el Oeste de la población en el límite de las edificaciones, englobando las alturas de Vallvidrera y Tibidabo, y que comprende Santa Eulalia Provenzana, Coll Blanch y La Torraxa, Pedralbes, Valvidrera, Dos Ríus, Tibidabo, Horta y San Adrián de Besós. El Comandante Militar de la Plaza, nombrado expresamente, asume el mando de todas las fuerzas militares que radiquen en ella y depende directamente del G.E.R.O. En caso de repliegue de la actual línea del frente, tan pronto las fuerzas del Ejército tuvieran que hacerlo sobre la linde de defensa de Barcelona, asumirá el mando de las mismas dicho Comandante Militar».
El 24ENE, Carlos Botet, comandante principal de Artillería del G.E.R.O., presenta una propuesta al general Hernández Saravia para la organización de la Artillería en lo que denomina Sector Autónomo de Barcelona. Se situará al Sur del Tibidabo una masa de 39 baterías, unas 100 piezas, distribuidas en cuatro Agrupaciones. Saravia aprueba la propuesta. No tendrá apenas realidad efectiva.
Existe cierta confusión sobre el nombramiento del Mando Único para la defensa de Barcelona.
El general Riquelme, comandante militar hasta entonces, no se considera el hombre indicado para este cometido. Se tiene en él suficiente confianza política pero se duda de su capacidad técnica y de mando.
Un decreto oficial, de 24 de enero, designa para sustituirle a don José Brandaris de la Cuesta, ascendido el mes anterior a general de Artillería y destinado hasta entonces en Mahón. Su misión será defender Barcelona hasta el último extremo. No llega a tomar posesión de su cargo.
Cordón
«Ese mismo día 25, si no recuerdo mal, tuve la gran sorpresa de ver aparecer en Figueras al general Brandaris», el cual dijo «que no podía aceptar la responsabilidad de la defensa de una capital como Barcelona cuando el enemigo estaba ya en sus puertas, que no conocía la ciudad ni tampoco a los mandos y fuerzas que se batían en Cataluña»
Queda nombrado Comandante Militar de la Plaza con el carácter «accidental» el coronel don Jesús Velasco Echave, con el teniente coronel Romero como segundo jefe o ayudante a sus inmediatas órdenes. Romero llegó antes a la plaza, a juzgar por lo que señala Zugazagoitia: la defensa «la asume primero, el teniente coronel Romero, y luego, el coronel Jesús Velasco».
El general Hernández Saravia recibe del general Rojo la orden de asumir el mando supremo de la defensa. Esta orden debió darse el día 24, Saravia obedece y traslada su puesto de mando a Barcelona (que abandonará en la noche del 25 al 26).
Las fuerzas destinadas a guardar Barcelona, con independencia de las que venían replegándose sobre ella, eran:
- cinco grupos de Asalto,
- dos batallones de Carabineros,
- uno de Ametralladoras,
- otro de Retaguardia,
- otro de Defensa de Costas,
- una sección de tanques y otra de blindados.
El ministro de la Gobernación, Paulino Gómez, que tiene autoridad sobre los de Asalto y los Carabineros, ordena que cuatro (o los cinco grupos) de Asalto más uno de los dos batallones de Carabineros, salgan de la plaza para trasladarse inmediatamente a Gerona.
Tagüeña
En Montjuich, se replegaron los restos de la 43 División, cuyos tres jefes de brigada habían desertado ese día, abandonando a sus soldados. Entre el Tibidabo y Montjuich estaba la 3ª División. En total, el XV Cuerpo contaba esa noche con unos 2.000 hombres, increíblemente todavía dispuestos a luchar, mientras una gran masa de fugitivos, militares y civiles, en alud incontenible se apresuraba ya hacia la frontera francesa. Contra nuestros dos mil soldados convergían los cuerpos Italiano, de Navarra y Marroquí, con un total de unos cien mil combatientes, enardecidos por las victorias y por la cercanía de la capital catalana, que se preparaban a asaltar.
Como a las cuatro de la mañana, un oficial de Modesto me trajo sus órdenes. Efectivamente, había un mando responsable de la defensa de Barcelona, pero carecía de fuerzas, y lo que quedara del XV Cuerpo debería mantener sus posiciones en el borde de la ciudad. Mandé en seguida al mayor Luis Gullón a buscar al coronel Romero. No lo encontró y sólo habló con su jefe de Estado Mayor coronel Velasco, jefe a su vez de la Defensa de Costas, que no pudo darle información alguna. Ya sabíamos que no se contaba con los cinco grupos de Guardias de Asalto, unos 2,000 hombres, que habían salido de la ciudad hacia Gerona, un par de días antes, por instrucciones del Ministro de Gobernación. Teníamos sólo un buen contacto con la masa de artillería concentrada en Barcelona, cuyo jefe el teniente coronel Goiri nos confió que había ya recibido los camiones para evacuar y órdenes vagas acerca del límite hasta donde debían prolongar su resistencia.
La entrada en Barcelona se anuncia como inmediata. Se deben coordinar los movimientos de fuerzas y establecer la conducta a seguir fuera o dentro de la ciudad.
El 24ENE, en «Terminus», se dan unas «Normas generales para la ocupación de Barcelona»
- Barcelona puede ocuparse «sin hacerla objeto de bombardeos, evitando la guerra en las calles y plazas, así como todo destrozo inevitable»;
- lo que sí hay que hacer es batir la entrada del puerto de Barcelona con artillería, cortando así el tráfico y huida de los barcos. El Ejército del Aire establecerá reflectores sobre esa zona «para garantizar durante la noche el cierre del Puerto».
- En cuanto a la entrada «El puesto de honor corresponde a todas las fuerzas que han tomado parte en la batalla y cuya situación de proximidad a la Capital lo permita », ya que merced a su esfuerzo se ha logrado la victoria. Por lo demás, entrarán allí «solamente las fuerzas indispensables y bajo la más severa disciplina».
- Hay que evitar la diseminación de los soldados, ya dentro de la capital. El Ejército dará «las más severas órdenes» a este fin y todos los escalones del mando deberán mantenerlas con la máxima energía. Las Grandes Unidades se establecerán apartadas del núcleo urbano y «sólo los pelotones de servicio deben entrar en la ciudad». Especial orden prohibitiva se dará a las tropas indígenas.
- Los registros quedan terminantemente vedados para las fuerzas que no sean de Orden Público, y en cuanto a las requisas sólo podrán hacerlas las autoridades designadas al efecto.
El 25ENE, el general Dávila, en «Escala», firma una Instrucción complementaria.
Barcelona se dividirá en dos sectores, que correrán a cargo de los Cuerpos de Ejército Marroquí y de Navarra . Al frente de cada uno quedará un general divisionario, el cual se hará cargo del mando de las tropas afectas al mismo. Tales tropas ocuparán los objetivos militares, edificios de servicios y monumentos artísticos más importantes; habiendo, además, otras tropas destinadas al servicio de vigilancia de día; durante la noche este servicio será reforzado, y a las seis de la tarde se suspenderá la circulación de toda persona civil o militar, que no lleve orden o autorización correspondiente.
El C.T.V. no avanza directamente sobre la ciudad. Su misión es cubrir el flanco izquierdo del de Navarra, que progresa velozmente y en condiciones que, bajo otras circunstancias, hubieran resultado peligrosas en extremo. El C.T.V., sin embargo, marchaba retrasado, pese a su delicada misión. No parece contemplada su entrada en Barcelona como tal Unidad.
En una nota de fecha 10 de enero del teniente coronel Barroso, jefe de operaciones del Cuartel General del Generalísimo, «Muy reservada», se dice que se ha oído una conversación telefónica, en la cual el general Gámbara tiene puesta su mira en que las tropas del C.T.V. sean las primeras en entrar en Barcelona: «Parece ser como si tuviera instrucciones de Roma a este respecto.» Como se verá más adelante, un destacamento del CTV entrará en Barcelona a través de la zona asignada al CE de Navarra. Meramente testimonial.
EJERCITO DEL NORTE
ESTADO MAYOR
Sección 3.a
En «Escala», a 25 de enero de 1939.
Segundo Año Triunfal.
INSTRUCCION GENERAL NUMERO 55
(Para la ocupación del interior de la población de Barcelona)
Como complemento de mis instrucciones generales anteriores para la ocupación de la población de Barcelona dispongo lo siguiente:
1º Los Sectores correspondientes a cada Cuerpo de Ejército serán los que figuran en el plano adjunto. (NO SE DISPONE)
2º Para cada Sector se nombrará por el Cuerpo de Ejército correspondiente un general divisionario, que se hará cargo del mando de las tropas que existan en el mismo, exigiendo al más estricto cumplimiento de cuanto se dispone en la Instrucción General número 51.
3º Interín no se haga cargo de su puesto la autoridad militar que ha de asumir el mando total en la población, cada jefe de Sector ejercerá toda la autoridad dentro de su zona y señalará las tropas que deban permanecer en la población (empleando preferentemente los Batallones de Guarnición que se les irán afectando) para asegurar:
a) Ocupación de los objetivos militares indicados en el plano publicado por aviación y edificios de servicios y monumentos artísticos más importantes.
b) Tropas que han de prestar servicio de vigilancia al mando todas ellas de un jefe de Servicio del día, con oficiales y patrullas de vigilancia dentro de cada zona en la que se dividan los sectores.
4º El resto de las fuerzas no entrarán en el interior de la población a menos que necesidades de orden táctico lo exijan hasta que el orden interior sea riguroso y esté cumplimentado lo dispuesto anteriormente.
Las fuerzas indígenas se han de mantener alejadas del casco de la población, así como los cantineros, los que se establecerán bajo la vigilancia de un oficial o clase en lugar también alejado de la capital.
5º Durante la noche el servicio de vigilancia será reforzado y se realizará con armas todo el día.
6º Las fuerzas de la Guardia Civil y Orden Público que se nombren estarán durante este tiempo a las inmediatas órdenes de cada Jefe de Sector y cooperaran con las fuerzas del Ejército hasta tanto no funcione la Autoridad Militar de Barcelona.
7º Los Comandantes Militares de cada zona o sector, no darán alojamiento ni a representaciones ni a Jefes ni Oficiales de las Unidades que no lleven orden expresa del Jefe del Sector o del General del Ejército.
8º Desde las 18 horas y en tanto no se ordene lo contrario se suspenderá la circulación en la población de toda persona militar o civil que no lleve orden escrita del Jefe de Sector, hasta que se restablezca el servicio de alumbrado público.
9º En cada zona en que se dividan los Sectores se leerá, con las formalidades reglamentarias, mi Bando publicado, dándose a conocer también a la población civil cuantas instrucciones considere necesarias para el desarrollo de su misión, las que abarcarán los puntos siguientes:a) Registros. Deben quedar terminantemente prohibidos los registros por personal que no pertenezca a Orden Público y sólo cuando por agresiones o necesidad militar tenga que hacerse alguno, ha de ser siempre de oficial y referirse sólo a armas o identificación, quedando prohibido a las tropas el apoderarse de papeles, enseres y toda clase de efectos no militares.
b) Requisas. Las requisas sólo podrán hacerse por las Autoridades designadas y los establecimientos oficiales serán cerrados y custodiados, prohibiéndose el acceso a ellos, al personal que no le esté asignada oficialmente esta misión.
e) Material de transporte civil. El material de transporte, camiones, coches, etc., ha de ser respetado y entregado a la Comisión de Recuperación e Incorporación y nuevas Autoridades, por ser indispensable para restablecer la vida en la capital, carente de todo, y figurar en las Comisiones personal militar para tener en cuenta las necesidades del Ejército.
10º Se recordará a la tropa cuantas medidas de precaución deben de guardar contra los posibles atentados dispuestos por el enemigo que abandone la población, esperando de todos que cumplan el sagrado deber de libertadores que nos concede la victoria.
11º Esta orden no entrará en vigor hasta que no se ordene su ejecución.
El General Jefe del Ejército del Norte
FIDEL DÁVILA
(Firmado)
(Aparece un sello, con tinta azul, con la leyenda: EJERCITO DEL NORTE, E.M.)
DESTINATARIOS:
S.E. El Generalísimo de los Ejércitos Nacionales.
Para cumplimiento
General Jefe del C.T.V.
General Jefe C.E. Marroquí.
General Jefe C.E. de Navarra.
Para conocimiento
General Jefe del Aire.
2.a y 4.a Secciones de E.M. del Ejército.
Tagüeña
«Pocos durmieron en la gran ciudad aquella noche del 25 al 26. Unos esperaban con ansiedad y otros con temor la inminente llegada de las tropas enemigas».
Pons Prades
«Casi al mismo tiempo empezaron a oírse los estampidos de la artillería enemiga, con una claridad alarmante. Sordamente, como un lejano temblor de tierra, habían empezado a oírse en Barcelona a mediados de enero. Luego el temblor se fue amplificando. Aquella noche, la del 25 al 26 de enero de 1939, el paqueo fue ya ininterrumpido, intensificándose a medida que se acercaba el día. Por las calles se veía a mucha gente».
Resultaban angustiosos los problemas relacionados con la evacuación de los heridos. Se trataba de unos veinte mil y se carecía de ambulancias.
Lo propio ocurría con respecto a la evacuación del material de guerra, de los depósitos de todo género, de las reservas de alimentos, muy abundantes. Faltaban los medios de transporte. No se puede improvisar.
Tagüeña
«Las calles que confluían hacia la carretera de Francia eran verdaderos ríos de camiones, carros y coches, y de mujeres, hombres y niños que marchaban a pie. Contagiados por el miedo se incorporaban a la gigantesca emigración que los últimos días embotellaba todas las carreteras y caminos hacia el Norte. El éxodo se complicaba con los infinitos organismos gubernamentales que habían recibido tardíamente la orden de evacuar.»
Antonio Cordón
«Transitaban por la carretera muchos carros y caballería, y aunque el frío era bastante intenso aquella noche de enero, a uno y otro lado de la carretera, dormían, o por lo menos descansaban, muchas personas»
Antonio Ramos-Oliveira
«Gran parte de la población civil de la capital catalana y de otros innumerables lugares ocupados o amenazados por los insurgentes estaba ya en las carreteras, en carros, a pie, embarazada con sus humildes enseres, hombres, mujeres y niños, camino de Francia. Un ejército de fugitivos anunciaba uno de los éxodos más patéticos de la historia moderna»
Sobre la situación del XV Cuerpo de Ejército, Tagüeña
los restos mínimos de la 43 División -grupos sueltos, apenas sin mandos, pues habían huido muchos, entre ellos los de sus tres Brigadas- se habían replegado sobre Montjuich. Entre esta altura y la del Tibidabo se encontraba la 3ª División –o su sombra-, y en la arista montañosa al nordeste del Tibidabo, la 42; de la 35 nada se sabía, de momento. En conjunto, las fuerzas del XV Cuerpo se habían reducido a unos 2.000 hombres.
La pérdida de Barcelona según el general Hernández Saravia
TELETIPO OFICIAL
GENERAL JEFE G.E.R.O. A GENERAL JEFE ESTADO MAYOR CENTRAL.
TEXTO:
A las 21 horas de ayer 25 reuní en mi P.C. de Barcelona al Jefe del Ejército del Ebro y al Coronel Velasco, Comandante Militar accidental de la Plaza. Me expusieron la situación de las fuerzas y el Comandante Militar, la del orden público sólo alterado por pequeños incidentes. El Teniente Coronel Subinspector del Cuerpo de Seguridad llegó también a darme cuenta de que el Coronel Inspector había sido llamado por el Ministro de la Gobernación, así como de que había recibido orden de dicho señor Ministro para que todas las fuerzas de Seguridad marchasen a Gerona, orden que se había negado a cumplir si no se le daba por la Autoridad Militar de la que dependía, pero que me daba cuenta de ello por si la orden obedecía a alguna razón que yo conociera y pudiera tenerla en cuenta.
La situación apreciada por mí en vista de lo expuesto y de las noticias que yo tenía era la siguiente: Barcelona no contaba para la defensa más que con 500 hombres de Asalto, además de los 2.000 que cubrían el servicio, un Batallón de Ametralladoras, un Batallón de la 151 Brigada recientemente reorganizada, un Batallón de Carabineros y un Batallón de retaguardia, a los cuales había entregado el día anterior 200 fusiles y 4 ametralladoras.
Se podía contar además con las fuerzas de la 43 División que se retiraban. El estado moral de toda la tropa era malo. En los días anteriores se había pasado al enemigo un Comandante y un Capitán de Guardias de Asalto que le habrían enterado al enemigo del estado de las fuerzas y de la poca moral de la población, debida principalmente a haber visto salir a todo el elemento oficial y a los particulares que pudieron hacerlo.
Me encontré sin comunicación con V.E. ni con el Gobierno, así como sin medios para resolver los problemas que planteaba la falta de transportes absoluta, la ausencia de todo representante de las Inspecciones (excepto la de Ingenieros), de la de armamento, de la Dirección de Transportes y Retaguardia.
En vista de la situación creí llegado el caso previsto en el apartado 7º de su Directiva de fecha 24, y de acuerdo con el Jefe del Ejército y con el Comandante Militar, recordé lo que en aquella Directiva se daba como norma, y a las 24,30 (260030H) de la noche me reintegré a mi Cuartel General en busca de enlace con V .E. y con el Ejército del Este, de los que carecía desde Barcelona.
La Artillería sin municiones, retiradas las Unidades de la D.C.A., cañoneado Montjuich por los barcos facciosos, los Guardias de Asalto desmoralizados y tengo entendido que algunos se retiraron a pesar de mi orden en contrario; tal situación no podía conducir más que a que las tropas se retiraran casi sin combatir,
excepto algunas Unidades como el Batallón de Ametralladoras.Verbalmente di orden al Jefe del Ejército del Ebro que una vez las tropas repasaran Barcelona, se encargara del Mando hasta la costa, formando una línea que siguiera la dirección del Besós. Hasta el momento con el Ejército del Ebro la incomunicación es completa, pero el Coronel Velasco, que se ha presentado en este Cuartel General para darme cuenta de las incidencias del día, me ha informado de la ocupación de la línea en la forma dicha y he enviado al Ejército del Ebro, según orden de V.E., una Brigada de la 74 División recién armada.
Como ampliación de mi informe anterior he de hacer presente a V.E. el ejemplar comportamiento del Coronel Velasco que se ha encargado de una misión dificilísima y que, aunque sin éxito por la falta de medios y por el estado de las tropas, ha cumplido sin haber regateado ni esfuerzo ni trabajo.
El enemigo, según informes, ha entrado a las 17,30 en Barcelona por la Estación de Sans y de Vallvidriera por la ladera del Tibidabo. La población lo ha visto entrar sin emoción alguna.
En este momento se presenta en este C. G. el 2º Jefe del Estado Mayor del Ejército del Ebro, que marcha con una misión especial del Jefe del Ejército cerca de V.E. que desconozco. Me confirma la ocupación por el XV Cuerpo de Ejército de la línea del Besós, la pérdida de Tarrasa, Sabadell y Matadepera y la probable de Castellar. Me comunica igualmente que el enemigo ataca en dirección Granollers, así como que se desconoce la situación del V C.E. ni su enlace con el XV y con el XII, no teniendo más información que del XII C.E. sobre una línea desde la carretera de Pont de Vilomá a Rocafort, por Casa Matarredona, a la inflexión general que hace la carretera entre Rellinars a Tarrasa.
(Datos sobre el 1: 200.000 de Cataluña.)
P. «Lisboa», a 27 de enero de 1939.
Transmítase
El Jefe de E.M.
P.O.
El Oficial de Servicio.
(Apartado 7º de la Directiva de 24ENE, Si no obstante las medidas de previsión que se adopten y la ejemplar conducta que se espera de las tropas, la Plaza cayese en poder del enemigo, bien por un ataque directo, bien por envolvimiento, se evitará a toda costa la producción de un pánico colectivo en las tropas o en la población civil y se reorganizará
el frente en las líneas de detención previstas, siendo la más retrasada donde deberá quedar restablecido el dispositivo de combate la jalonada por Masnou-Montmella-Caldas de Mombuy-San Lloréns Savall y Navasclés para seguir después por la línea Llobregat o la que ocupe el Ejército del Este.)
Para Tagüeña
la situación en la mañana del 26 fue «estacionaria », el enemigo empuja fácilmente a los grupos de la 42 División, ocupando el Tibidabo y Vallvidrera. En Espluga, «por su cuenta y riesgo», se defendía, casi aislado, el batallón de Ametralladoras. «La 43 División se desbandó varias veces, pero su jefe le obligó a ocupar de nuevo posiciones en Montjuich.»
«A las tres de la tarde del día 26 se produjo, de repente, un pánico tremendo que se extendió por toda Barcelona y una última oleada de fugitivos se precipitó hacia San Andrés de Besós.» Eran organismos militares y civiles -centros de movilización,oficinas del Gobierno- e individuos sin control, soldados y paisanos, de los cuales estos últimos aún permanecían en la ciudad por no haber encontrado medios de transporte. «Nuestras unidades también retrocedían apresuradamente y el enemigo, que, con gran prudencia, había estado acumulando sus fuerzas en el lindero de la ciudad, se lanzó rápidamente en pequeñas columnas, precedidas de tanques, que rápidamente penetraron con las principales avenidas.
Fueron minutos de tremenda confusión. Mientras por una calle entraban los conquistadores, aclamados por los gritos de sus simpatizantes, por la de al lado se retiraban nuestros maltrechos hombres, las piezas de artillería, los tanques, los blindados.
Muchos de nuestros soldados, e incluso oficiales, que hasta entonces habían sido magníficos combatientes, tiraban las armas y se entregaban, considerando inútil seguir adelante».
Parte del G. E. R. O. correspondiente al 26 de enero
(en relación con la actividad del Ejército del Ebro) que hasta las dos de la tarde las tropas propias habían sostenido combates en el sector del Tibidabo, cediendo el terreno a partir de esa hora. En posesión del enemigo del mismo y tomando esas posiciones como base de partida, se precipitó en varias direcciones sobre la capital, con tanques y batallones sobre camiones. Las fuerzas en retirada se replegaron a la orilla del Besós, no pudiendo impedir que el enemigo atravesara dicho río por el Norte, en la confluencia con el río Ripoll, «al parecer en servicio de reconocimiento».
Parte oficial de guerra
«Ejército de Tierra. Cataluña. Continuando su presión apoyada por gran cantidad de artillería, aviación y tanques, los invasores lograron progresar hasta las cercanías de Barcelona, donde son contenidos por nuestros soldados, luchándose fuertemente. También se combate con dureza en los sectores de Solsona y Navarcles.»
Al final de la jornada,
- los restos de la 43 División quedarán situados desde la costa a San Adrián, incluido;
- a continuación, la 3ª División cubrirá la margen del río Besós hasta el camino vecinal de San Adrián, en el kilómetro 4;
- a partir de aquí la 42 División defenderá el terreno hasta el kilómetro 6 de dicho camino, siguiendo por el vértice Moncada, el punto denominado El Cuartel y La Font Pudenta, hasta la margen izquierda del río Ripoll, al norte de dicho punto;
- allí enlazará con la 35, que continúa hasta Castell Barbará, desde donde el V Cuerpo trataba de restablecer una línea.
Tagüeña traslada su puesto de mando a Masnou.
Vicente Rojo elogia el
«excelente comportamiento de ese batallón de Ametralladoras, más el de Retaguardia, dos compañías del de Defensa de Costa y algunos carabineros».
También considera como factor muy importante en la derrota, la orden dada por el Ministerio de Gobernación, de quien dependían, para que los cinco grupos de Asalto marcharan a Gerona.
260130H. Teletipo de «Términus» a «Escala», de Franco a Dávila, dice que ocupado Hospitalet y San Pedro Mártir debe acelerarse el movimiento del Cuerpo de Navarra para que, a caballo del eje Molíns-Tibidabo, ocupe esta última altura y por La Rabasada llegue hasta el río Besós. Advierte:
«Situación internacional aconseja acelerar acontecimientos»
Ciano en su Diario dice, refiriéndose al día 16 de enero anterior, ya ocupada Tarragona:
La victoria parece ya cierta. Por esta razón no permitiremos que intervengan los franceses. Esta mañana vi a lord Perth, embajador británico, y le hablé de esta suerte: ‘Le advierto a usted que si los franceses intervinieran con elementos importantes a favor de los rojos de Barcelona, atacaremos a Valencia. Están listos para embarcar a la primera señal treinta batallones completamente equipados. Lo haríamos aunque ello provocase una guerra europea. Por tanto, le ruego recomiende a los franceses que se conduzcan con moderación y observen el sentido de la responsabilidad que la situación reclama.».
El movimiento ordenado en el teletipo se inicia al amanecer.
A las 1230H una nota del Cuartel General del Generalísimo dice:
«En estos momentos se está terminando de rodear Barcelona, habiéndose ocupado Montjuich, Vallvidrera, Tibidabo y La Rabasada, y nuestras fuerzas están empezando a entrar en la ciudad.»
Se han ganado casi todas las alturas que la dominan Barcelona y su defensa se hace ya imposible.
Diario de operaciones del Cuerpo Marroquí
Recibida autorización del Mando para avanzar sobre Barcelona, la 105 División se apodera, con alguna resistencia, de Montjuic y la zona de la Exposición, internándose después en la ciudad, «destacando a su paso flanqueos móviles para neutralizar los focos de resistencia enemigos»; penetrando por la Ronda de San Pablo, y ocupando a las dos de la tarde las Ramblas y el muelle. La 50 División, que ha cruzado el Llobregat a las 0530H por Prat y San Baudilio, sofoca las últimas resistencias llevadas a cabo por el batallón de Ametralladoras en Esplugas, Hospitalet y La Torraxa.
En el Cuerpo de Ejército de Navarra, la 5ª División gana, a las 1000H, Vallvidrera y a 1200H el Tibidabo. A partir de las 1200H «previa orden» se efectúa el descenso sobre la ciudad, quedando ocupado, «después de vencer algún elemento rojo», el sector asignado a la División entre la Gran Vía Diagonal y la calle de Balmes, «siendo recibidas las tropas con grandes muestras de júbilo».
El diario de la 12 División habla igualmente de la ocupación de Tibidabo, objetivo suyo, y luego de la ciudad.
La 4ª División debió entrar bajando desde Can Ríus y sus proximidades por los barrios de Horta y San Andrés de Besós.
A las 1500H «Escala»
«Han entrado en Barcelona tres Divisiones, las 105, 13 y 5ª, y en este momento está entrando la 4ª División, progresando fácilmente por los distintos sectores de la población.» (En este parte no aparece la División 12).
A las 1700H se da el comunicado triunfal :
«BARCELONA [en mayúsculas en el original] ha sido ocupada. Las tropas nacionales han entrado en la capital por las Avenidas del Oeste y del Norte, ocupando los puntos estratégicos de la ciudad. La bandera de España ondea en el Tibidabo y en Montjuic, así como en el Puerto y en los grandes edificios. El entusiasmo de la población es indescriptible.»
El Ejército de Urgel alcanza Coll de Nargó y Sallent y queda cerca de Montanisell. Más a la derecha, Olius y Cambrils.
El diario de operaciones decía que el tiempo era muy frío y que el enemigo había hecho una resistencia acentuada en algún sector.
Muy al Norte se había llegado a Estahón sin hallar enemigo.
- El Cuerpo de Ejército de Aragón corta la carretera de Cardona a Suria. Encuentra «alguna resistencia».
- El Cuerpo del Maestrazgo cruza el río Llobregat por cuatro puntos: por Sallent y Cabrianas , por Navarclés y por Pont de Vilumara. A la izquierda, entre otros objetivos, se ocupa Callús. El enemigo opone «alguna resistencia».
Rebasa la carretera de Sabadell a Castellar, gana San Quirico de Tarrasa y llega a las proximidades de Santa María de Barbará.